viernes, 21 de noviembre de 2014

Sociedad cagada

No tengo un celular de alta tecnología, tampoco lo deseo y menos es necesidad para mí. Viajando en la micro observé a una persona revisando su celular (facebook, guasap y todo eso), después pasó un rato y de nuevo revisando lo mismo, por lo que se me ocurrió contar cuanto tiempo pasaba para que esa persona desesperadamente revisara las redes sociales, en promedio cada 30-40 segundos revisaba su celular, habré contado unas 8 a 9 veces la misma acción. Al siguiente día realicé lo mismo con otra persona en la micro, y esta revisaba en promedio cada 1 minuto su celular. Cierto día fui a comer a un local y observé a un grupito de 3 personas, que no soltaron el celular en su comida, no hablaban nada, fue extremadamente raro para mí. Mis conclusiones: 1ro: NUESTRA SOCIEDAD ESTÁ CAGADA 2do: LOS CELULARES ESTÁN CONSUMIENDO A LAS PERSONAS 3ro: LA GENTE SE ESTÁ OLVIDANDO DE LO FABULOSO QUE ES LA VIDA SIN UN CELULAR ANDROID.


miércoles, 22 de octubre de 2014

Mi renuncia al Catolicismo



Mi familia ha sido católica de generación en generación, de esas que siguen todas las tradiciones y rituales católicos, dónde había que ir los domingos a misa, y obligadamente tenía que hacer todos los "sacramentos". Personalmente, desde pequeña mi abuela fue la que siempre me llevó a la iglesia, y yo creía que era lo correcto, porque todos iban y fue bonito a cierto punto, ya que yo no entendía nada, yo iba a escuchar una misa, a cantar y a comer después de esta (después vendían queques o algún cocaví). Nunca entendí el porque tenía que hacer todo eso, sólo lo veía como una obligación porque mi madre, mi abuela y mi tía así lo querían y no como una decisión mía. Falleciendo mi abuelo tempranamente, en mi casa siempre hemos sido mujeres, con un padre ausente totalmente. En esos tiempos éramos 5, mi abuela, mi madre, hermana, tía y yo. Hice mi primera comunión a la edad de 10 años, sabía que era algo importante pero no entendía el fondo de este ritual, en esos tiempos creían que yo era tan pero tan metida en la iglesia (producto de mi abuela, que participaba en todas las actividades eclesiásticas) que hasta mi tía producto de su fanatismo religioso me tildó de que podría llegar a ser monja. Bueno, luego de tanto estar metida en la iglesia, falleció mi abuela y aquí hubo un quiebre  total. A mi hermana, la vi media renegada a la iglesia, me enojaba y me molestaba que no se percignaba o no quisiera cantar en misa (mi madre con mi tía nos llevaban igual a misa), pero luego me empecé a preguntar el porqué mi hermana estaba tomando esa actitud y comprendí su molestia de sentirse obligada a ir a un lugar que no quería.
Creo que fue gracias a ese análisis y empetía a mi hermana, en dónde comencé a preguntarme muchas cosas, ¿porqué debo ir a la iglesia?, ¿sirve de algo ir a un ritual monótono, dónde me sabía de memoria todo lo que decía el cura y la gente presente?, ¿sirve sacrificar las cosas que quiero hacer por perder el tiempo 2 horas en misa?, ¿existe realmente dios, Cristo, María, José y todos los santos que me han maquinado en mi cabeza?. A todo esto con mi hermana optamos por un estilo de música y vestimenta que ni a mi madre ni a mi tía le gustaban, el gótico, el metal y todos los derivados.
Me sentía a veces mal por renegar a la iglesia, porque estaba negando a todo lo que había vivido por años, o a lo mejor ofendiendo a mi abuela que tanto quise. Y aunque luego de un tiempo ingresé a confirmación, en el cuál me explicaron para que servía realizar esta ritual, analicé y comprendí como esta religión discrimina por tu orientación sexual o tu forma de vestir, como te hace ser una persona que piensa que con orar ya salvaste a todo el mundo, como esta religión tiene tanto poder en el mundo y en mi país, que como la religión endiosa a un sacerdote o al mismo Papa sacerdotal o como la pedofilia estaba fuertemente ligada a los sacerdotes, con los cuales en su mayoría yo sentía un efervescente respeto, y fue ahí donde me quedó claro todo: yo no quería seguir esa vida, yo no quería seguir siendo católica y seguir esas estúpidas reglas. No fue ni un mes que estuve en confirmación (en mi época metalera, gótica) y no fui más, me alejé casi totalmente de la iglesia. Fue casi totalmente, ya que mi tía y mi madre se esmeraban a que mi hermana y yo fuéramos a rituales importantes, como por ejemplo: misa de navidad, bendición de ramos, etc. Mi madre y tía no sabían mi nuevo pensamiento, ya que temía en expresarlo y yo iba solamente por el cariño y respeto hacia ellas, porque sabía que si yo decía que no quería ir, se enojarían.
Entré a la universidad, para mí fue un mundo distinto, tenía libertades y otro tipo de responsabilidades, y seguía cumpliendo el capricho de mi tía y madre. Cabe decir que mi tía es católica empedernida, y mi madre es de esas católicas a las miles.
No fue hasta hace unos dos años, que yo no quería ir a una misa de bendición de agua, estaba molesta, tenía mucho que estudiar y mi tía me estaba molestando de que debía ir a misa, se burlaba de mí cada media hora, me decía que yo no tenía fe, se reía de mí. Estuve a punto de hasta llorar, me sentía frustrada, triste y temerosa, por no poder decir mi pensamiento, por sentirme casi en una dictadura religiosa de cumplir como las personas quieren y no a lo que a mí me haga sentir bien. Mi madre que estaba trabajando, ya se estaba dando cuenta de mi rechazo a la iglesia, pero me llamó y me pidió que por favor fuera para bendecirle el agua y acepté. Mientras íbamos en el auto, respiré hondo, una, dos, tres, hasta cuatro veces y escupí con voz temblorosa todo mi punto de vista que había estado oculto durante tantos años en mi cabeza, a mi fanática tía. Esta obviamente se enojó, me dijo que yo no tenía fe de nuevo, que debía decírselo a mi madre con un sin fin de cosas que no recuerdo debido a la tensión y nervios que sentía en ese instante, y mi hermana que estaba conduciendo comenzó a defenderme. Pasada la ceremonia de este ritual, fui a mi casa y me encerré en mi pieza. Llegó mi madre y saltó mi tía a acusarme con ella, de que yo no quería ir más a misa, ella al parecer vino a hablar conmigo pero yo estaba durmiendo. Al otro día, mi tía y hermana salieron, me encontraba con mi madre a solas y hablamos. A diferencia de mi tía, mi madre me apoyó, y respetó mi decisión.
Una persona que es fanática en cualquier ámbito, no tolera que una persona sea distinta o tenga un pensamiento distinto a ella. Conozco a varios católicos que se llenan la boca de palabras, que van a la iglesia a orar y se rezan unos 50 rosarios pero se les olvidan que juzgan a las personas por ser homosexuales, por vestirse distinto o por tener otro tipo de color de piel, tratan mal a los animales, no son capaces de ayudar al prójimo, contaminan, tienen un pensamiento netamente egoísta y materialista. Ahora, a mis 23 años, me reconozco agnóstica, conforme y feliz de haber renunciado a la dictadura católica.







lunes, 22 de agosto de 2011

Sucesos...

19 Agosto 2011. Vi algo asomarse, era como una sombra pero blanca. Quedé mirando y me levanté a captar bien lo que era pero desapareció, justo en ese momento conversaba con una Tía que quedó mirándome y me dijo: ¿Que estás viendo?




martes, 12 de julio de 2011

Odio no poder gritar, del no poder odiar...

Trato de visualizar en mi mente del que fue, 
que es lo que me hace desvanecer


 aún así no puedo o no quiero...